De acuerdo a las últimas conclusiones científicas es uno de los regeneradores dérmicos más poderosos que existen, sin efectos peligrosos y con la única contraindicación de que al tener un alto contenido en lípidos (grasa) no es recomendable en pieles grasas o con acné.
El aceite se aplica por gotas, sobre la zona afectada y se masajea suavemente hasta que penetre en la piel, en una rutina que un mes da resultados sorprendentes.
Su poder regenerador se debe a la presencia de ácidos grasos como el linoleico, oleico, y araquidónico, nutrientes vitales en la formación de la membrana de las células, los mecanismos de defensa, y el crecimiento de la piel.
Un masaje con aceite de rosa mosqueta también sirve para luego de una exposición al sol, u otros agentes externos como el viento y el frío, factores estos que resecan profundamente la piel.
0 comentarios:
Publicar un comentario